Nunca me había dado por hacer galletas, pero hace unos meses mi hija Lucía de 2 años tuvo una fiesta en la guarde para los abuelos y decidimos hacer juntas unas galletitas para llevarlas. Tengo que reconocer que no salieron como esperaba, un poquito duras...pero a mi niña le encantaron porque llevaban lacasitos y, lo más importante, las había hecho ella con su mamá!
Después de esa primera vez, me dije a mí misma que tenía que lograr hacer la galleta perfecta. Así que empecé una búsqueda en Internet, en diversas páginas webs, redes sociales, blogs...para recoger todas las ideas que me pudieran servir y por fin, tengo la receta de galletas de mantequilla perfecta! al menos para mí...
Ahora me salen riquísimas, o eso creo porque cada vez que las hago duran muy poquito en la caja ;)
No sólo son importantes los ingredientes, también hay que tener en cuenta otras cosillas que os voy a contar a continuación:
1. Los ingredientes. Hay que partir de una buena receta y cada ingrediente tiene su peculiaridad:
- Mantequilla: Es muy importante que tenga
textura pomada, para ello es necesario dejarla a temperatura ambiente el
tiempo que sea necesario para que obtenga esa consistencia. Parece una tontería, pero luego se mezcla mucho mejor si lo hacemos. No recomiendo usar el microondas para ablandarla, porque no queremos calentarla, sino que no esté fría de nevera, y eso se consigue sacándola una media hora antes de empezar.
- Azúcar: Mucho mejor si usamos azúcar glass, se mezcla mejor.
Hoy en día se puede comprar sin problemas en cualquier sitio, pero también podemos hacerla en casa. Yo por ejemplo, uso la Thermomix y en un periquete la tenemos.
Introducimos 350 gr de azúcar normal en el vaso, programamos 1 minuto a velocidad progresiva 5-10 y listo!
- Harina: Debemos tamizar la harina. Al hacerlo aireamos las partículas de la misma de forma que absorberán el líquido de
una manera más homogénea.
Para tamizarla, basta con poner la harina en un colador e ir dándo pequeños golpecitos con la mano libre. De este forma la harina se irá separando y caerá poco a poco.
2. La masa. Qué importante es amasar, amasar y amasar! Cuanto más amasemos, menos de esas burbujitas espantosas tendrán nuestras galletas, porque les quitamos el aire. Nos quedarán lisas como una tabla de planchar!
En muchos sitios recomiendan que una vez preparada la masa, se haga una bola, se envuelva en papel film transparente y se enfríe en la nevera. Esto lo he probado, pero sinceramente, luego resulta misión casi imposible dar forma con el rodillo a esa "pelota". Así que es más aconsejable colocar la masa blandita recién hecha entre dos papeles de horno, estirarla bien
hasta el grosor deseado, ponerla en una superficie plana donde no pierda la forma ( bandeja, tabla de madera, trozo de cartón...) y enfriarla así en la nevera durante
1 hora como mínimo. Notarás la diferencia!
3. Cortar las galletas. Con la masa estirada y bien fría, es una maravilla cortar las galletas con el cortador. Salen todas perfectas, incluso la masa se queda en el cortador y de ahí la colocas directamente en la bandeja del horno. De esta manera evitamos que la galleta se deforme.
Si nos llegara a sobrar masa, habría que repetir el proceso de estirarla de nuevo y meterla en la nevera ( hay que tener en cuenta que en la cocina habrá una temperatura algo más elevada por el tema del horno y como ya la hemos manipulado, la segunda tanda no quedaría igual ).
4. El horneado. Si introducimos las galletas frías, recién cortadas de esa masa que sacamos de la nevera, nos aseguramos que éstas no pierdan la forma al hornearse ( algo que nos saca de quicio...). Hay que precalentar el horno a 180º y hornearlas aproximadamente durante 10 minutos. Este tiempo dependerá del grosor de las galletas, por tanto, es importante que todas las galletas sean del mismo grosor para que se hagan por igual.
Lo mejor es no perder de vista las galletas y una vez que se empiecen a dorar los bordes, será momento de sacarlas del horno.
Espero que os ayuden estos consejillos!
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